La comisión vecinal “Pro Liceo Bachillerato de La Teja” viene impulsando esta obra desde hace casi tres años. La iniciativa nació en 2023 en la sede de la Institución Atlética La Comparsita, donde docentes, vecinos y sindicatos del barrio comenzaron a organizarse para reclamar algo elemental: que los jóvenes de La Teja puedan cursar el bachillerato sin tener que viajar todos los días a otros barrios.
La Teja pertenece al municipio más poblado de Montevideo, con más de 200 mil habitantes. Sin embargo, no tiene un solo liceo de segundo ciclo, lo que obliga a más de 800 estudiantes por año a trasladarse a otros puntos de la ciudad.
El problema no es menor: las estadísticas muestran que es precisamente en esas edades donde se concentran los mayores niveles de abandono educativo.
Tres años de trabajo y un solo obstáculo: la falta de voluntad política
La comisión —integrada por sindicatos como Fenapes, Sudma, Fancap, la Federación de la Química, clubes deportivos y cooperativas de vivienda del barrio— presentó en 2023 más de 10 mil firmas ante el Codicen solicitando la construcción del liceo.
El propio expediente oficial de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) reconoció que la obra es viable y necesaria, pero el Gobierno no la incluyó en el presupuesto quinquenal.
“Sabíamos que había que esperar un nuevo gobierno para que entrara en el presupuesto. Lo que no imaginábamos era que íbamos a quedar afuera otra vez”, señalaron los voceros vecinales en La Noticia es Otra, de Reactiva Contenidos.
El reclamo no es simbólico: los vecinos piden un liceo de bachillerato con 20 salones y gimnasio, infraestructura que hoy no existe en ninguno de los centros de enseñanza de la zona.
Un barrio movilizado
Durante el último año, la comisión ha organizado marchas, festivales, visitas a comisiones parlamentarias y actividades culturales. El reclamo fue acompañado por clubes como Progreso, Potencia, Uruguay Montevideo y Verde y Rojo, cuyos planteles salieron a la cancha con pancartas exigiendo la obra.
También se sumaron artistas, comunicadores y deportistas que crecieron en el barrio y conocen de primera mano las dificultades de estudiar lejos de casa.
“Nuestra tarea va a terminar cuando todo el barrio corte la cinta del liceo”, repiten los vecinos en cada movilización.
Presupuesto militar, deuda educativa
El reclamo de La Teja expone, una vez más, la prioridad política de los recursos.
Mientras la educación continúa lejos del 6% del PBI, las Fuerzas Armadas —en un país sin guerra— reciben un presupuesto de guerra, que incluso cubre jubilaciones de militares de la dictadura.
El contraste es brutal: miles de jóvenes sin acceso al bachillerato frente a un aparato militar sobrefinanciado.
“Como sociedad seguimos pagando la herencia de la dictadura mientras se posterga la enseñanza”, denunció uno de los referentes del movimiento.
La pelota está en el Parlamento
El proyecto aún puede ser incorporado durante la etapa parlamentaria de discusión presupuestal, pero el tiempo corre: el plazo es de 90 días.
Si no se incluye ahora, el barrio deberá esperar otros cinco años.
Y los jóvenes de La Teja seguirán haciendo lo imposible para estudiar fuera del barrio… o simplemente dejarán de hacerlo.



